martes, 15 de septiembre de 2009

FC Zurich 2 Real Madrid 5 Uefa Champions League

Los goles de la goleada del Equipo Merengue Añadir vídeo
v

domingo, 13 de septiembre de 2009

Un equipo tan Gris como la Camiseta


Pese a que mereció
más que el 0-0, River no supo cómo doblegar al apático Colón de Mohamed. La Banda tuvo buenas individualidades en Buonanotte, Vega, Barrado y Mauro Díaz, pero careció de ideas ante un equipo bien cerrado atrás. Encima, tuvo que lidiar con una terna arbitral que fue un desastre y le anuló mal un gol. Así, ahora quedó a ocho puntos de Central.

River saltó al campo de juego en contraposición al resplandor de la tarde. Estrenando su ya conocida camiseta alternativa gris, que olvidó la gloriosa banda en los talleres de Adidas, el equipo de Gorosito pareció presagiar el desarrollo del partido desde su indumentaria misma. Y, por lo que demostró durante los noventa minutos, se puede decir que tan alejado de eso no estuvo.

Aunque ni bien arrancó el partido, el conjunto millonario se mostró demasiado dinámico en comparación al rival, que se replegó atrás e intentó apaciguar las ganas de revertir tanta adversidad con la que salió a jugar River. Y cuando Colón lo logró, se animó a pinchar en ataque: a los 15 minutos, Bertoglio recibió un centro cruzado y definió ante un Vega muy bien ubicado junto al palo, para desviar la pelota al córner. Tal como lo hizo a los 24, cuando el Bichi Fuertes lo probó desde afuera del área con un remate fortísimo.

En cambio, River peligró sobre el arco de Pozo recién al final de la primera etapa. Primero, con un gol de Cabral pésimamente anulado a instancias del línea Lobatto, y después, con una buena combinación entre Ortega y Mauro Díaz, que enganchó dos veces en el corazón del área pero no logró darle destino de red a la jugada. Sin embargo, en el segundo tiempo, entre las complicaciones de La Banda y la típica mezquindad de equipo chico que ofreció Colón, el partido se tornó más mediocre que en el inicio.

Hasta que apareció Buonanotte a pura fuerza y voluntad para empujar al club de Núñez contra el área rival. El sólo se mostró capaz de quebrar el 0-0 del marcador, incluso tuvo un mano a mano que los defensores sabaleros salvaron dos metros antes de que la pelota ingresara al arco. Pero, cuando parecía que River encontraría el triunfo de la mano del Enano rodeado de Ortega, Díaz y Villalva (que ingresó por un abucheado Fabbiani), Gorosito tomó la decisión insólita de sacarlo de la cancha. En su lugar mandó a Bou, y a partir de ahí el equipo ya no encontró la fórmula para quebrar esa igualdad que lo terminó dejando a ocho puntos de Rosario Central.

martes, 8 de septiembre de 2009

Tristemente acostumbrado a perder


Por Alejandro Lopez Mateo - 09/09/2009 - 00:56
Cambiar Tamaño Achicar Agrandar

(Rosario - Enviados especiales) River cayó otra vez como visitante y acumuló su tercera derrota en cuatros partidos jugados durante este semestre. Esta vez fue por 2-1 frente a Central, que pudo golearlo en el Gigante de Arroyito.

El presente de River es tan pobre, que bien se lo puede resumir con su actuación durante los primeros 25 minutos del encuentro frente a Central. Es que apenas en el primer cuarto del partido, el equipo de Néstor Gorosito no sólo que estaba 1-0 abajo, si no que por un lado, ya había sacado a relucir toda su improvisación defensiva, a través de la cual llegó a tener cuatro amonestados en tiempo récord y por la cual Burdisso pudo cabecear sólo en el primer gol, y por el otro, denotó su inalterable pasividad ofensiva, si es que se le puede atribuir tal condición a un equipo que directamente no genera peligro en el arco rival.

Ese es el River de hoy, un equipo perdedor, que no tiene defensa, ataque y mucho menos mediocampo. Pero por sobre todo, es un equipo que se retroalimenta de inseguridad a cada jugada, cada minuto. En el fondo, se destacan Cabral, que naufraga por su incapacidad ilimitada, y Coronel, que lejos de aportar la frescura juvenil que se esperaba con su arribo al plantel, se mimetiza con su compañero de zaga y comete infracciones de amonestación segura al borde del área. O revienta pelotas con una desesperación tal que denota falta de frialdad para resolver una jugada, y con eso termina por agrandar al rival, para que presiona aún más a una defensa perdida.

Pero claro que gran parte de esa presión corresponde a un mediocampo con menos roce que oficio. Cómo será, que Almeyda –con 35 años y 4 sin actividad- colabora más que Paniagua y Barrado. No la rompe como en sus viejos épocas, claro, pero qué más se le puede pedir al Pelado, que ordena e intenta jugar de primera para sacar rápido al equipo del fondo.

Aunque en vano, porque arriba no hay nadie capaz de hacerse cargo de la pelota para al menos disimular las debilidades defensivas. Mucho menos para generar ataque. No, de eso ni hablar. Con Ortega obnubilado y Buonanotte chocando con los rivales, la presencia de Fabbiani se resalta únicamente por las gastadas del público rival, si no pasaría por desapercibido. Entonces, así, resulta imposible evitar que en un equipo flaco (como lo fueron Lanús y Banfield también) te gane con un poco de ganas y otro tanto de fútbol de fútbol. Total, todo lo demás corre por cuenta de River… Aqui el video del partido Tristemente acostumbrado a perder
Por Alejandro Lopez Mateo - 09/09/2009 - 00:56
Cambiar Tamaño

(Rosario - Enviados especiales) River cayó otra vez como visitante y acumuló su tercera derrota en cuatros partidos jugados durante este semestre. Esta vez fue por 2-1 frente a Central, que pudo golearlo en el Gigante de Arroyito.

El presente de River es tan pobre, que bien se lo puede resumir con su actuación durante los primeros 25 minutos del encuentro frente a Central. Es que apenas en el primer cuarto del partido, el equipo de Néstor Gorosito no sólo que estaba 1-0 abajo, si no que por un lado, ya había sacado a relucir toda su improvisación defensiva, a través de la cual llegó a tener cuatro amonestados en tiempo récord y por la cual Burdisso pudo cabecear sólo en el primer gol, y por el otro, denotó su inalterable pasividad ofensiva, si es que se le puede atribuir tal condición a un equipo que directamente no genera peligro en el arco rival.

Ese es el River de hoy, un equipo perdedor, que no tiene defensa, ataque y mucho menos mediocampo. Pero por sobre todo, es un equipo que se retroalimenta de inseguridad a cada jugada, cada minuto. En el fondo, se destacan Cabral, que naufraga por su incapacidad ilimitada, y Coronel, que lejos de aportar la frescura juvenil que se esperaba con su arribo al plantel, se mimetiza con su compañero de zaga y comete infracciones de amonestación segura al borde del área. O revienta pelotas con una desesperación tal que denota falta de frialdad para resolver una jugada, y con eso termina por agrandar al rival, para que presiona aún más a una defensa perdida.

Pero claro que gran parte de esa presión corresponde a un mediocampo con menos roce que oficio. Cómo será, que Almeyda –con 35 años y 4 sin actividad- colabora más que Paniagua y Barrado. No la rompe como en sus viejos épocas, claro, pero qué más se le puede pedir al Pelado, que ordena e intenta jugar de primera para sacar rápido al equipo del fondo.

Aunque en vano, porque arriba no hay nadie capaz de hacerse cargo de la pelota para al menos disimular las debilidades defensivas. Mucho menos para generar ataque. No, de eso ni hablar. Con Ortega obnubilado y Buonanotte chocando con los rivales, la presencia de Fabbiani se resalta únicamente por las gastadas del público rival, si no pasaría por desapercibido. Entonces, así, resulta imposible evitar que en un equipo flaco (como lo fueron Lanús y Banfield también) te gane con un poco de ganas y otro tanto de fútbol de fútbol. Total, todo lo demás corre por cuenta de River… video Tristemente acostumbrado a perder
Por Alejandro Lopez Mateo - 09/09/2009 - 00:56
Cambiar Tamaño

(Rosario - Enviados especiales) River cayó otra vez como visitante y acumuló su tercera derrota en cuatros partidos jugados durante este semestre. Esta vez fue por 2-1 frente a Central, que pudo golearlo en el Gigante de Arroyito.

El presente de River es tan pobre, que bien se lo puede resumir con su actuación durante los primeros 25 minutos del encuentro frente a Central. Es que apenas en el primer cuarto del partido, el equipo de Néstor Gorosito no sólo que estaba 1-0 abajo, si no que por un lado, ya había sacado a relucir toda su improvisación defensiva, a través de la cual llegó a tener cuatro amonestados en tiempo récord y por la cual Burdisso pudo cabecear sólo en el primer gol, y por el otro, denotó su inalterable pasividad ofensiva, si es que se le puede atribuir tal condición a un equipo que directamente no genera peligro en el arco rival.

Ese es el River de hoy, un equipo perdedor, que no tiene defensa, ataque y mucho menos mediocampo. Pero por sobre todo, es un equipo que se retroalimenta de inseguridad a cada jugada, cada minuto. En el fondo, se destacan Cabral, que naufraga por su incapacidad ilimitada, y Coronel, que lejos de aportar la frescura juvenil que se esperaba con su arribo al plantel, se mimetiza con su compañero de zaga y comete infracciones de amonestación segura al borde del área. O revienta pelotas con una desesperación tal que denota falta de frialdad para resolver una jugada, y con eso termina por agrandar al rival, para que presiona aún más a una defensa perdida.

Pero claro que gran parte de esa presión corresponde a un mediocampo con menos roce que oficio. Cómo será, que Almeyda –con 35 años y 4 sin actividad- colabora más que Paniagua y Barrado. No la rompe como en sus viejos épocas, claro, pero qué más se le puede pedir al Pelado, que ordena e intenta jugar de primera para sacar rápido al equipo del fondo.

Aunque en vano, porque arriba no hay nadie capaz de hacerse cargo de la pelota para al menos disimular las debilidades defensivas. Mucho menos para generar ataque. No, de eso ni hablar. Con Ortega obnubilado y Buonanotte chocando con los rivales, la presencia de Fabbiani se resalta únicamente por las gastadas del público rival, si no pasaría por desapercibido. Entonces, así, resulta imposible evitar que en un equipo flaco (como lo fueron Lanús y Banfield también) te gane con un poco de ganas y otro tanto de fútbol de fútbol. Total, todo lo demás corre por cuenta de River…

Seguidores